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Templete de la estación de metro de la Gran Vía red de San Luis

Fotos antiguas templete Gran Vía.

Antonio Palacios irrumpe en el panorama madrileño con una serie de obras, que lo consagran como uno de los arquitectos más relevantes de la época.

 Antonio Palacios nace en la localidad pontevedresa de Porriño el 8 de enero de 1874 siendo el menor de siete hermanos. Era hijo de Isidro Palacios, un ayudante de obras públicas y de Jésusa Ramilo, cuya familia era dueña de unas canteras de granito que les proporcionaban una situación económica desahogada.

Su infancia transcurre entre planos, edificaciones y ferrocarriles, y de ahí nace su interés por las obras arquitectónicas y la ingeniería que marcarán su vida.

En 1892 se traslada a Madrid para estudiar arquitectura y de la mano de profesores como Ricardo Velázquez Bosco y Aníbal Álvarez indaga en la historia de la arquitectura, que complementa con su interés por el dibujo, asistiendo a clases del pintor Eduardo Rosales. Una vez finalizada la carrera en 1900 trabaja en colaboración con Joaquín Otamendi, compañero de estudios y se instalan en el estudio que Palacios tenía en la calle Maldonadas, en un momento crucial para el urbanismo madrileño, que vivía el cambio de ciudad a Metrópoli con obras como la finalización de Ensanche y la arteria de la Gran Vía que en 1910 se colocaba la primera piedra.

Antonio Palacios irrumpe en el panorama madrileño con una serie de obras, que lo consagran como uno de los arquitectos más relevantes de la época. Pero a pesar de residir permanentemente en Madrid, y de realizar en esta ciudad algunas de sus obras más conocidas, siempre mantuvo un vínculo cultural y profesional con su entorno gallego natal.

En 1904 Palacios y Otamendi ganan el concurso convocado para la construcción del Palacio de Comunicaciones que cumplía las funciones de correos, telégrafos y teléfonos. Este diseño es uno de los más polémicos, y el que más fama le ha proporcionado ya que estaba situada en una zona emblemática de Madrid como es el Paseo del Prado con calle Alcalá y la fuente de Cibeles, y uno de sus diseños más complejos.

Poco a poco su prestigio como arquitecto se va consolidando, y en 1907 recibe el encargo de realizar el Hospital de Jornaleros de Maudes, que finalizará en 1919 y que compaginará con el Banco del Rio de la Plata, actual sede central del Instituto Cervantes.

En mayo de 1914 el Ministerio de Fomento solicita la concesión de un ferrocarril subterráneo para Madrid compuesto por varias líneas y con una red de 14 Km iniciales que pudiera extenderse por toda la ciudad. En 1917 los ingenieros Miguel Otamendi, Antonio González Echarte y Carlos Mendoza, crean la Compañía Metropolitana Alfonso XIII que se hará cargo de la ejecución del Proyecto. Antonio Palacios será contratado como arquitecto de la Compañía, y su relación laboral y personal se prolongará durante 25 años.

La misión de Palacios como arquitecto en la Compañía Metropolitana Alfonso XIII, para el Proyecto del Metro, fue proporcionar estilos decorativos como el famoso logo en forma de rombo; las farolas y barandillas de los accesos, así como los templetes para las entradas monumentales de la Puerta del Sol y de la Red de San Luis. Siguiendo la pauta iniciada en las decoraciones interiores del Palacio de Comunicaciones donde había trabajado con el ceramista Daniel Zuloaga. Antonio Palacios lleva a cabo una de sus propuestas más originales al revestir las paredes del suburbano con azulejos biselados de color blanco y el uso de azulejería policromada para la decoración de los vestíbulos y para los espacios publicitarios. Otra original solución fue recubrir los túneles y pasillos con ladrillo blanco biselado para evitar que los usuarios sintieran claustrofobia al acceder al suburbano. En la actualidad, debido a las constantes remodelaciones del metro madrileño, apenas existen rasgos de su diseño, excepto en el diseño de algunas entradas en el centro de la ciudad.

                    Interior de la estación de Chamberí.                                    Farola en la estación Antón Martín. 


En junio de 1917 comienzan las obras de la línea 1 para unir Cuatro Caminos con Sol a través de 8 estaciones de metro: Cuatro Caminos, Ríos Rosas, Iglesia, Chamberí, Bilbao, Tribunal, Red de San Luis y Sol. El proyecto, aunque era de gran magnitud fue realizado en un corto espacio de tiempo, dos años y tres meses. El 17 de octubre 1919 se inauguraban 3.500 metros de esta primera línea Norte-Sur que unía la barriada obrera de Cuatro Caminos con el centro de la ciudad. Posteriormente Palacios también intervendrá en el diseño de las líneas 2, 3 y 4, y de edificios auxiliares como las cocheras del Metro de Madrid.

         Con la fuente de los Galápagos en 1900.                        Red de San Luis en 1925.


En el espacio que ocupó en su día el Templete de la Red de San Luis se instaló en 1831 la fuente de los Galápagos, levantada para celebrar el nacimiento de la futura reina Isabel II, diseñada por el arquitecto José de Mariátegui y realizada por el escultor José Tomas que posteriormente fue trasladada al Parque del Retiro de Madrid.

Los templetes de las estaciones de Sol y el de la de Red de San Luis, fueron diseñados teniendo en cuenta el espacio urbano donde se iban a ubicar por ello tienen una concepción más barroca que nos transporta al eclecticismo historicista convirtiéndose en la mejor carta de presentación para la entrada al metropolitano. Ambas construcciones son la consecuencia de un cruce de varias líneas de metro que al no estar a la misma altura hubo que salvar los distintos niveles con ascensores y escaleras.

         Planta general y escalera interior del templete de la Red de San Luís.

 

Fachada a la calle Montera.                                    Fachada a la Red de San Luis (Gran Vía).


Para el templete de la Red de San Luis diseña dos fachadas una a la calle Montera, planteada como una fachada que presenta una imagen de dos grandes bloques de granito almohadillado que rematan en un gran arco coronado con un escudo y un enorme frontispicio con la palabra metro custodiada por dos leones.

En la fachada a la Red de San Luis, Gran Vía, se modula a través de una marquesina de hierro volado, que domina todo el frente, el vidrio y el cristal conforman el conjunto. Posteriormente se daría entrada y salida por ambas fachadas.

                             Fachada lateral.                                        Dibujo de Antonio Palacios acceso a la Gran Vía.

En 1970 la Compañía del Metropolitano, desmantela el templete frente a lo opinión del Colegio de Arquitectos de Madrid, que presentó una campaña para que se conservara. Es entonces cuando el alcalde de Porriño obtiene la concesión para ubicarlo en la ciudad natal de Antonio Palacios y darle un nuevo uso. El templete pasaría a formar parte del antiguo parque de la Feria que se había convertido en ese momento en un parque infantil y una plaza pública ajardinada. En julio del 2021 la Comunidad de Madrid y la Compañía de Metro han realizado una copia del Templete para homenajear la figura y la obra de Antonio Palacios, colocada en su ubicación original.

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