'Sigo sin saber de ti' de Peter Orner
A lo largo de algo más de 100 relatos que van de lo breve a lo muy breve (media página), Peter Orner nos va desgranando reflexiones y anécdotas reales o imaginarias, propias y de otros autores, casi siempre interpoladas con referencias literarias.
La literatura y la vida interactúan en estos relatos como un solo ente. La literatura enhebra buena parte de las reflexiones vitales de este autor, y ambas, escritura y vida, nos llevan a otro mundo literario, algo que sin desligarle de lo escrito por otro autor (a veces transcribe fragmentos importantes de otras obras) deviene en otra obra absolutamente personal e independiente de la original.
Una de las cosas que destacaríamos es ese aire coloquial, planteado muchas veces desde unos interrogantes que cierran los relatos y que son tanto afirmaciones del autor, como invitaciones a que el lector no se vaya del relato cuando termine y siga dialogando con el mismo.
Otra de las cosas que nos ha gustado más en estos relatos, a los que en ocasiones, se refieren creemos que erróneamente como ensayos, es ver cómo lo leído nos remite, según el contexto en el que estemos (un avión o la cocina de tu casa) o el humor (tristes o alegres), a recuerdos e ideas que en principio nada tienen que ver. De este modo, la lectura se pierde, se dispersa por momentos, vive en cada uno, para en un momento dado seguir su propia deriva. Así, a partir de un fragmento, una frase, incluso de una palabra, saltan a la mente recuerdos, momentos de revelación o divagación intelectual, o ensoñaciones irracionales. Es decir, Orner nos adentra en el proceso de leer, de leer bien, sin prisas, en vivo y en directo, volcado en momentos de gran belleza melancólica narrados con bastante sentido del humor.
No recordamos quién decía que en un libro hay tantos libros como lectores, incluso como lecturas diríamos, y Orner nos deja sus lecturas “literalizadas” para que cada pueda componer la suya propia.
Y todo esto con una erudición de andar por casa que esquiva siempre la solemnidad o la pedantería.
Si te animas, toma un bolígrafo, si no sueles hacerlo, porque hay muchísimas referencias a autores que vas a querer leer o releer, desde los conocidos por todos como Kafka, James Salter, Chejov, Gógol, Hawthorne, Pasolini, Neruda, Rulfo, Celan, Virginia Woolf, Issac Babel… A, principalmente, los mucho menos conocidos como Bernadette Mayer, Maeve Brennan, Ferlinghetti, Eva Figes, Robert Haas, etc.