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'Palabras heridas' de Jordi Sierra i Fabra

Autor: Jordi Sierra i Fabra
Encuéntralo en: J-N SIE pal

Esta obra es, en palabras del autor, “un canto a la libertad, al amor hacia la literatura, un canto a la vida” justo desde la perspectiva de uno de los oficios más contrarios a las mismas: el de censor de cartas. Li Huan es un joven de 18 años que, cumpliendo el servicio militar, es destinado a un campo de concentración de opositores políticos de un país asiático gobernado por un sistema totalitario presidido por un Gran Padre y sustentado por un Partido único. En dicho régimen se han quemado en piras los libros por juzgarlos subversivos- especialmente los de poesía, a la que se considera decadente sentimentalismo occidental- y sólo se permite leer el Libro Único, que recoge las directrices y máximas pregonadas por el Régimen.

Como el joven Li Huan es un fervoroso partidario del sistema, además de uno de los pocos reclutas con cierto nivel cultural, se le encomienda la misión de censurar las cartas que los reclusos envían a sus familiares. El objetivo de permitirles cartearse es descubrir a nuevos traidores, conocer los puntos débiles de los prisioneros, y así romper su obstinado rechazo a someterse a los postulados del Partido, haciéndoles ver que en el exterior todavía se les espera con los brazos abiertos, a condición de que se dobleguen. De entre todos los presos, el antiguo profesor universitario Wang Zhu es el más importante dado su renombre internacional e influencia sobre la juventud, pero el que, practicando una valiente y serena resistencia pacífica, más refractario es a aceptar el programa de reeducación en los valores revolucionarios y a claudicar de sus ideales democráticos.

Entre Li Huan y Wang Zhu comenzará una relación bajo el signo de la hostilidad por parte del primero, pero que, tras leer las bellas cartas dirigidas a su esposa May Lai en forma de poesías, irá trocándose en una inconfesable admiración hasta el punto de anotar en una libreta todas aquellas frases y palabras que en su día le parecieron censurables al creerlas sibilinamente contrarrevolucionarias, pero que, al cabo del tiempo, se revelarán como llenas de luz, amor y esperanza en un futuro en libertad de un país dominado por la mentira, la sospecha, el abuso de poder, la violencia, y el miedo.

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