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Este libro coral pretende hacer visible y normalizar la realidad de familias compuestas por madres homosexuales. Originalmente publicada en 1990 en Estados Unidos, la obra surge, entonces, en un contexto adverso y reticente a otro tipo de familias distintas a la cristiana tradicional. De ahí uno de los aciertos del volumen: el partir de la extrañeza y de una coyuntura reticente y el mostrar, a través de la narración de la vida cotidiana, de cada especificidad, las relaciones, las dificultades, los modelos educativos y el amor que se fraguan en esas familias.

35 historias contadas por hijas e hijos de entre 6 y 27 años componen el libro. Louise Rafkin ha sabido, hábilmente, mostrar la mayor diversidad posible al incorporar otras esferas a la mera condición de madres lesbianas: otras orientaciones sexuales, distintas religiones, clase social, minorías racializadas, madres solteras, familias adoptivas, madres con criaturas de matrimonios heterosexuales previos... Cada vivencia contiene su propia particularidad, que ayuda a enriquecer la perspectiva y a desgarrar los prejuicios y los maliciosos discursos de odio que se sostienen sobre ellos.

Desde ese punto de partida, el libro permite recapacitar sobre los distintos modelos educativos, sobre el peso de la tradición (y de la asimilación y de la reproducción inconsciente) de los patrones patriarcales, sobre los vínculos y, cómo no, sobre la homofobia presente en la sociedad. También, las relaciones con el resto de la familia en su condición de nietas, nietos, abuelos y abuelas. Con todo, la obra no pretende ser una reflexión sobre la maternidad o sobre las dificultades añadidas que se les cargan a estas madres, ni tampoco sobre cómo educar. Sin embargo, no puede evitar dejar resonar esas cuestiones en quien la lee.

Las narraciones discurren con fluidez, como un entretenido libro de testimonios. Cada capítulo cuenta, de manera amena, bien elaborada, la experiencia de una de esas familias desde la perspectiva de las/os hijas/os, tras las pertinentes entrevistas que realizó Louise Rafkin. De hecho, por título lleva su nombre y su edad y unas pocas palabras que sintetizan la experiencia vivida. Los relatos son emotivos, tiernos, estremecedores y dolorosos también en ocasiones. Cada familia viene de un pasado y cada hija/o nace y se desarrolla con una serie de tensiones que bullen en el presente. La historia de cada niña/o, con sus propios conflictos de crecimiento, complejiza una realidad que nunca ha sido favorable. Sus palabras no dejan de mostrar otra faceta del patriarcado o, incluso, cómo este atraviesa radicalmente toda relación interpersonal y cómo adensa los estigmas contra lo que no se amolda a su orden. La candidez de algunas voces, su inocencia, su vivencia fuera de prejuicio se complementa con la sorpresa y la incomprensión ante el rechazo en algunos ámbitos. Particularmente, muchos relatos coinciden en el sufrimiento por "mantener el secreto" de las madres ante la presión social en su barrio, en la escuela, ante otros familiares... Pero la amplitud de referentes y la pluralidad de relatos consiguen ampliar las temáticas y las perspectivas.

De este modo, la lectura de este volumen nos permite acercarnos y reconocer la diversidad de las familias, los numerosos pliegues que toda relación contiene y, sobre todo, la capacidad que genera el amor filial para afrontar los conflictos.