'Filosofía en el jardín. La naturaleza como invitación al pensamiento y a la escritura' de Damon Young
¿Sabías que Marcel Proust tenía un bonsái al lado de su cama?, ¿que Jane Austen no podía vivir sin una celinda? o ¿cómo se inspiró Friedrich Nietzsche en su “árbol de la ciencia"?
En Filosofía en el jardín Damon Young explora una de las relaciones más íntimas de la literatura: los autores y sus jardines. A veces el jardín les proporcionaba un refugio del trabajo diario; otras, el consejo silencioso de la soledad. Pero siempre el jardín tuvo un protagonismo filosófico: dar vida a nuevas ideas.
Filosofía en el jardín revela los pensamientos profundos que se descubren en parques, patios traseros y plantas en macetas… Incluso en la falta de jardín, simplemente unas piedras “salvadas del lodo”. “El jardín no es un simple retiro o una fuente de ejercicio físico. Es de por sí estimulante en términos intelectuales porque es una fusión de dos principios filosóficos fundamentales: la humanidad y la naturaleza”.
El filósofo Young ha examinado, en esta serie de ensayos breves y amenos, las vidas de media docena de autoras y autores en relación con su jardín (o la falta de) con especial atención a sus filosofías: Austen, Orwell, Dickinson, Nietzsche, Sartre, Colette, Voltaire, Kazantzakis, Rousseau, Proust, Woolf.
Con cada capítulo se descubren cosas sorprendentes y se adquieren conocimientos. Jane Austen amaba su jardín y su escritura se veía afectada cuando se alejaba de él. Este enfoque ordenado y sereno de la jardinería reflejaba el estilo de Jane Austen en su propia vida y filosofía; también el de Emily Dickinson -las flores para ella “eran tan valiosas como los hijos”.
La perspectiva que nos ofrece este regalo de lectura, tan original, nos hace comprender mucho mejor a autores que puede que, alguna vez, nos hayan resultado algo complejos, como Proust o Nietzsche.
El gran poeta griego Nikos Kazantzakis, autor de Zorba, el griego, escribió “[…] Todo hombre tiene su propio círculo compuesto por árboles, animales, hombres e ideas y tiene la obligación de salvar este círculo. Si no lo salva, él mismo no podrá recibir la salvación”.
“Si tienes un jardín y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas”, escribió Cicerón. Y este libro hace honor a dicha máxima porque su lectura reúne jardín y biblioteca invitando al pensamiento.