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En la actualidad, los fanáticos de las películas de superhéroes están más que acostumbrados a que sus personajes favoritos interactúen unos con otros, tanto en películas conjuntas, como, por ejemplo, Los Vengadores, como en películas, a priori individuales, es decir, en una película de Spider-Man pueden aparecer otros personajes como Iron Man o el Doctor Extraño. 

Esto no es algo que se haya inventado ahora, pues, desde siempre, tanto en el cine como en la literatura, ha habido cruces de personajes de diferentes orígenes. Este es el caso de este cómic: la mezcla de los mundos literarios de Arthur Conan Doyle, más concretamente del personaje Sherlock Holmes, y de H.P. Lovecraft. 

Partiendo de esta premisa, Neil Gaiman escribió en 2003 un relato corto que en esta ocasión Rafael Albuquerque y Rafael Scavone han adaptado a cómic. El relato original constaba de unas 8 páginas aproximadamente, que aquí queda ilustrado en 96 páginas dibujadas por Albuquerque y coloreadas por Dave Stewart, siendo Scavone el encargado de adaptar el texto. 

El marco narrativo está encuadrado en el Londres victoriano de finales del siglo XIX, y la trama comienza con un médico y veterano de guerra, el Comandante, llegando a Londres para entrevistarse con el que será su futuro compañero de apartamento, el Detective. Hasta este punto, la historia únicamente toma elementos propios del universo de Sherlock Holmes, sin embargo, cuando el Detective y su fiel compañero acuden a la escena del crimen, descubren que el cadáver no es un humano, algo que no parece escandalizarles en exceso. La criatura no es sino un ser de sangre verde perteneciente a la literatura del Lovecraft y su círculo, más concretamente, a los mitos de Cthulhu, que hace su aparición así, en forma de pequeñas pinceladas, en esta historia. 

Tanto el dibujo de Rafael Albuquerque como el, no menos importante, color de Dave Stewart nos ofrecen una ambientación ideal tanto de la época, como de la temática oscura de esta historia detectivesca con tintes sobrenaturales y, en ocasiones, de terror. Además, antes de cada capítulo, los artistas nos ofrecen una serie de portadas, a modo de cartel, en los que aparecen representados de forma indirecta personajes literarios contemporáneos como Drácula o el Dr. Jekyll y Mr. Hyde.