'Aldebarán' de Luiz Eduardo de Oliveira
Autores: Luiz Eduardo de Oliveira
Escuela: Cómic Europeo
Encuéntralo en: C-EUR LEO ald
En 1994, el historietista brasileño Leo (Kenia) inauguró una de las sagas más ambiciosas de la historieta francesa: Los mundos de Aldebarán.Todo un clásico de la ciencia ficción
Los antecedentes de obras similares se remontan a 1974 cuando se forma el grupo de los Humanoides Asociados o la revista Métal Hurlant del 1975, plataforma de difusión de esta nueva forma de entender el noveno arte.
Estas acciones se desarrollan más allá de las publicaciones de carácter infantil: la ciencia ficción, con perspectiva adulta: Historias oscuras, violentas, incluso algunas armadas de componentes eróticos.
Años después, Luiz Eduardo De Oliveira, artista completo, responsable del guion, dibujo y entintado, colabora con uno de los grandes incluyendo un prólogo escrito por Moebius ( Mœbius seudónimo de Jean Giraud ) y una interesante sección de extras.
Mundos asombrosos, con grandes dosis de sentido de la maravilla, que funciona como vehículo para el desarrollo de ideas con un trasfondo más social, de denuncia o de reivindicación.
Personajes que defienden o directamente representan valores como el feminismo o la ecología se enfrentan en las páginas escritas por Leo a lo peor del egoísmo humano: fanatismo religioso, conservadurismo rancio y machista y, casi siempre, expansionismo antropocentrista y arrasador.
Aldebarán nos habla de un futuro distópico, donde la humanidad ha colonizado un planeta, y tras mucho tiempo se pierde el contacto con la tierra. Estos humanos prosperaron sin la vigilancia de la tierra, desvinculados de sus orígenes tras 100 años.
Sus protagonistas Marc Sorensen, un joven aldeano de un pueblo costero y Kim Keller, mantienen un tira y afloja amoroso a lo largo de todo el relato. Leo profundiza con maestría en sensaciones y emociones propias de la adolescencia y la primera juventud.
La trama en la que tendrán que afrontar el extraño comportamiento que están sufriendo los animales del entorno, así como una gigantesca criatura marina, que curiosamente nos enlaza con el mundo del cine llevándonos a reconocer criaturas de Dune, novela de ciencia ficción escrita por Frank Herbert en 1965.
Esa visión alucinada, psicodélica, de aires casi proféticos, de la ciencia ficción y la fantasía ha sido caldo de cultivo para infinitas inspiraciones, hasta conectar de manera definitiva con el mundo del cine, la publicidad y los videojuegos.