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Gastronomía y mercados madrileños de Navidad

Mercado navideños de la Plaza Mayor

Uno de los rasgos característicos de la Navidad en Madrid son sus mercados y gastronomía típica de estas fechas.

Tenemos constancia de que en el siglo XVII ya había un mercado en la plaza de Santa Cruz donde se vendían diferentes tipos de mercancías. Además de frutas y verduras, se ofrecían flores y otros objetos para regalo. Es a comienzos del XIX cuando aparece una primera normativa para regular la venta de estos productos y evitar posibles desórdenes. Al vender productos típicos de estas fechas, como las figuras de los belenes, artículos de broma, carracas, panderetas, panderos, etc., se va consolidando como un mercado de Navidad. En esa época, en la Plaza Mayor, se vendían los típicos productos alimenticios de la Navidad como los pavos, los turrones y los dulces.

                     

Hasta mediados del siglo XX, en 1944, no se decide aglutinar todos los productos navideños en la Plaza Mayor quedando prohibidos los alimenticios. En 1950 el mercado de Navidad sufre una mejora sustancial al cambiar los toldos por casetas. Hoy en día es un punto obligado de encuentro en estas fechas para la adquisición de todo tipo de objetos navideños, como los adornos para las casas, el árbol y los belenes, artesanía, artículos de broma, máscaras, pelucas, etc.

Además de este mercado, se pueden encontrar mercadillos navideños por distintas zonas de Madrid. Está entre los más conocidos la Feria Mercado de Artesanía de la Comunidad de Madrid, en la plaza de España, donde puedes encontrarte con escultores, alfareros, jugueteros, vidrieros, joyeros, artesanos del cuero y otros. En la plaza de la Provincia hay un mercado especializado en artículos de broma, como tinta falsa, bombas fétidas, polvos para estornudar, etc. El mercadillo de las flores en la plaza de Tirso de Molina está especializado en flores y plantas. En la plaza de Isabel II, conocida como plaza de la Ópera, encontraremos un mercadillo especializado en todo tipo de dulces, incluso de más allá de nuestras fronteras.

En cuanto a la gastronomía en estas fechas lo más típico es el besugo, la lombarda, el cordero, el pavo y el roscón de Reyes. El besugo asado era un plato típico entre la nobleza desde la época de los Reyes Católicos, según citan las crónicas. El pavo relleno es otro de los platos habituales y no era extraño, hace unas décadas, ver por Madrid manadas de pavos conducidos por el pavero en las zonas aledañas a la plaza. También son platos habituales el pollo o gallina en pepitoria y los capones. El profesor Entrambasaguas, a mediados del siglo XX, indica que un menú de Navidad estaba formado por sopa de almendras, lombarda, besugo al horno, ensalada de apio, turrón y mazapán. Las frutas que acompañarían a estos opíparos menús serían las uvas, melones, naranjas y pasas; otros alimentos muy consumidos son los orejones, los higos, las nueces, los piñones y las avellanas.

                                

En las clases humildes la celebración alimenticia de las fiestas la constituía la lombarda, el besugo, el pavo o el cordero, acompañados de ensalada de lechuga o escarola con escabeche, pimiento, cebolla y bien regada con aceite de oliva y vinagre y, como bebida, no debía faltar el vino de Valdepeñas y de postre turrón y mazapán. Siempre se terminaba con la copita de anís.

Un producto estrella del día de Reyes es el roscón de Reyes que tiene su origen en la torta de Reyes en la que se escondía una o varias habas, de manera que el que las encontrara se designaba rey o reina que era el que programaba los entretenimientos del día. En la actualidad se esconde una figurita que suele ser muy variada y el agraciado con ella tiene que pagar el roscón.

                                    

Un personaje característico y entrañable de estas fiestas es la castañera que pasa el día en su quiosco al calor del brasero, asando y vendiendo castañas. Constituye una estampa muy popular en toda España desde finales del s. XVIII. Fueron recogidas, en especial las mujeres dedicadas a este oficio, en muy diversos ejemplos de la literatura más castiza, como es el caso de Las castañeras picadas, sainete de Don Ramón de la Cruz.

Puedes encontrar información relacionada con este tema y sobre  festividades típicas madrileñas en la sección de Madrid de nuestras bibliotecas, en concreto, en la signatura M 39. 

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