San Isidro Labrador, patrón de Madrid

La vida y muerte de este santo, patrono de Madrid y protector de los agricultores, se apoya más en leyendas y tradiciones populares que en fuentes documentales
Su nombre completo era Isidro de Merlo y Quintana. La tradición oral fue la que mantuvo el recuerdo de su vida, sus virtudes y sus milagros. La mayor parte de los expertos sitúan su vida aproximadamente entre los años 1082 y 1172. Aunque no dejan de ser conjeturas, ya que las fuentes medievales son muy escasas.
Las primeras noticias sobre la vida de san Isidro proceden de un manuscrito conservado probablemente desde su origen en la parroquia de San Andrés y depositado hoy y custodiado en el Museo de la Catedral de la Almudena de Madrid. Aunque se discute su autoría se atribuye a Juan Diácono, personaje que se ha identificado con Juan Gil de Zamora franciscano que trabajó al servicio del rey Alfonso X, el sabio. Pudo conocer de primera mano, incluso por testigos directos, toda la tradición referida a este santo.
Con la aparición de este manuscrito, conocido como “Códice de Juan Diácono” en el último tercio del siglo XIII, se origina la leyenda del santo. Este manuscrito que describe la vida de un personaje llamado Isidro, que probablemente vivió en el siglo anterior y cuyo cadáver fue encontrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés en extraordinario estado de conservación. La devoción popular lo consagró casi de inmediato como santo, promoviendo su culto con el beneplácito de las autoridades eclesiásticas. Se llega entonces a la conclusión de que el manuscrito conocido como Códice de Juan Diácono y un arca decorada con escenas de la vida del Santo son los únicos testimonios medievales conservados sobre Isidro, ambos recogen los detalles que de su vida se recordaban y que habían sido transmitidos a lo largo de un siglo por tradición oral. Ambos ponen el acento en los milagros realizados, siendo los datos estrictamente biográficos, escasos y ambiguos a juzgar por los investigadores.
Este hecho no era extraño a la mentalidad popular medieval, que principalmente valoraba en los santos su capacidad de obrar milagros. Sin embargo, a finales del siglo XVI. la situación se modificará parcialmente a raíz del proceso de canonización oficial del santo. Las nuevas biografías de san Isidro, publicadas entre 1592 y 1622, se caracterizaron por la abundancia de datos sobre su vida y un mayor número de milagros (400 en total, algunos en vida y otros depués de muerto) obtenidos principalmente de las personas interrogadas en los procesos de recogida de información para la canonización.
El manuscrito de Juan Diácono
El códice es el documento escrito más antiguo conservado sobre san Isidro. Redactado en el último tercio del siglo XIII, estaba destinado a guardarse junto a las reliquias del santo como testimonio de su poder. Durante el siglo XVI se viene aceptando que el autor del texto fue un diácono llamado Juan, que como tal se identifica al final de uno de los milagros.
En sus primeras páginas, el manuscrito recoge los 6 milagros que realizó en vida, junto con algunas pinceladas biográficas de Isidro. Este era labrador y pocero, casado y padre de un hijo llamado illán. Tenía escasos bienes materiales. Vivió en los alrededores de Madrid, donde trabajaba en un campo propiedad de un caballero de la villa. Era devoto, humilde y paciente, visitaba diariamente las iglesias y practicaba la caridad. Murió como cristiano y fue enterrado en la Iglesia de San Andrés, de cuya parroquia debió ser feligrés.
Esta escasez de datos sobre la vida del santo viene justificada por la propia funcionalidad del Códice. El manuscrito no era una biografía de san Isidro, sino una relación de hechos y de los milagros realizados por intercesión del santo.
Iconografía de San Isidro y Santa María de la cabeza
Las representaciones más antiguas de ambos santos son las que cubren el Arca sepulcral de San Isidro. Y en ellas aparecen con la tradicional vestimenta de los campesinos medievales. Sin embargo, es a partir de la canonización de san Isidro en 1622 cuando se fijan los modelos que se repetirían en España, Europa, Hispanoamérica y Filipinas. Se les representa con la indumentaria del siglo XII y con algunos de los atributos relacionados con sus milagros más famosos. El hijo de ambos, san Illán aparece representado en la escena del milagroso rescate del pozo o después entre sus padres.
El atuendo de ambos santos, se ha mantenido a lo largo de los siglos, aunque con ligeras variantes según los cambios de la moda. Para san Isidro es usual un sayo abotonado, calzones hasta media pierna y botas. También se le representa con un cuello redondo blanco, lo que le confiere a veces un cierto carácter cortesano. Menos frecuentes son otras representaciones del santo, como pastor o con hábito monacal y un Rosario en las manos. Santa María suele llevar faldellín, corpiño, delantal y una camisa con mangas. Esta iconografía se mantiene con ligeras variantes hasta el siglo XX.
La extensión del culto a San Isidro
El culto a San Isidro se extendió muy pronto por todas las regiones españolas y por todos los territorios que formaban parte del inmenso imperio español. Especialmente por las zonas más agrícolas. Numerosos pueblos y ciudades de Castilla, Aragón, Andalucía o Murcia sintieron una especial devoción por el patrón de Madrid.
Fuera de España, su iconografía adoptó múltiples variantes. En Austria y las regiones católicas alemanas, san Isidro siempre aparece con un Rosario en la mano derecha y con la vestimenta de los labradores de clase acomodada. En algunas zonas del norte de Francia y sobre todo en en Bretaña se le representa con el traje típico Bretón. En Italia son muchas las imágenes y pinturas que muestran el milagro del pozo y el de los ángeles arando, incluso existen algunas imágenes anteriores. Sin embargo, es en Hispanoamérica donde se puede encontrar la más rica iconografía, reflejo de la amplia devoción a san Isidro, presente en iglesias y conventos de todo el continente.
San Isidro en la historia, la literatura y las artes
A lo largo de estos 402 años, san Isidro ha sido fuente de inspiración para escritores y artistas de todas las épocas que han sabido plasmar su particular visión del santo en todo tipo de obras: hagiografías, poesías, obras de teatro, piezas musicales y las más variadas manifestaciones artísticas, que son pruebas del interés que siempre ha suscitado la figura de este santo del pueblo.
El patrón de Madrid siempre ha gozado de una gran popularidad y el alcance universal de su figura ha generado un amplio y rico patrimonio material e inmaterial, que en gran parte está todavía por descubrir. El Museo de San Isidro atesora una parte importante del legado artístico sobre San Isidro.
Hagiografías de San Isidro
La obra de Alonso de Villegas “Vida de San Isidro” (1592) fue la primera monografía dedicada al patrón de Madrid y la que dio el impulso definitivo para que se iniciara el largo proceso de beatificación y posterior canonización del santo. Utilizó como fuentes de información el códice medieval de la Iglesia de San Andrés y algunos otros documentos que le fueron facilitados por dos personajes fundamentales en el proceso de beatificación, Fray Domingo de Mendoza y Don Diego de Salas Barbadillo. Posteriormente, otros muchos autores redactaron biografías del santo. Entre ellos podemos destacar las escritas por Fray Jaime Bleda (1622), Gregorio Argaiz (1671), Nicolás José de la Cruz (1741) y otras.
San Isidro en el cine
En 1964 se proyectó Isidro el Labrador. Película en blanco y negro dirigida por Rafael J Salvia, con guión de Jaime García Herranz. Los papeles protagonistas de San Isidro y Santa María de la cabeza fueron interpretados por Javier Escriba y María Mahor. Otra versión cinematográfica más antigua, de 1922 y en cine mudo está hoy desaparecida. Aunque se sabe que el director fue Sabino Micón. Los actores formaban parte de la compañía del teatro Novedades.
La fiesta de San Isidro
De todas las fiestas tradicionales de Madrid, la principal es la de san Isidro. Comenzaba con una procesión desde la Iglesia de San Andrés hasta la ermita de la llamada Fuente Milagrosa, que mandó construir en 1528 la emperatriz Isabel, mujer de Carlos V, en agradecimiento por la recuperación de su hijo, el Príncipe Felipe, al beber agua del manantial.
Según las crónicas, dicha creencia en su poder curativo hizo que los madrileños acudieran a este lugar para beber el agua a rezar y encomendarse a su santo patrón.
El actual parque de San Isidro al borde del río Manzanares ocupa el espacio de la antigua pradera y sigue recibiendo a multitud de madrileños cada 15 de mayo, Festividad del patrón de Madrid. Durante el resto del día y de la semana se disfruta de la fiesta de los toros, la música, la gastronomía típica, los fuegos artificiales, en definitiva, de las fiestas patronales de la villa.
Arcas y urnas de San Isidro
El Arca medieval de madera contuvo su cadáver incorrupto Hasta 1620, año en que fue sustituida por otra de plata donada por el gremio de San Eloy de Plateros de Madrid con motivo de la beatificación del Santo. En 1692, Carlos II y su esposa, la reina donaron una segunda urna interior, también de plata en la que aún se conserva el cuerpo incorrupto de San Isidro.
En 1875, el Arca medieval todavía se encontraba en la Iglesia de San Andrés. Sobre un soporte de piedra con dos leones. Ya en el siglo XX fue trasladada al Palacio arzobispal, donde permaneció hasta su traslado definitivo a la nueva Catedral de la Almudena.
El Arca exterior de plata se perdió en la Guerra Civil, Pero la urna interior todavía se conserva y se puede admirar en las contadas ocasiones en las que se ha expuesto al público el cuerpo incorrupto del santo. (Fotos urna)
Lugares de enterramiento de San Isidro
Según cuenta la tradición, San Isidro permaneció enterrado en el cementerio de la parroquia de San Andrés. Hasta su primera exhumación y traslado a la Capilla Mayor de la Iglesia, que tuvo lugar, al parecer, en 1212 en presencia del Rey Alfonso VIII, a quien también se atribuye el encargo del Arca de madera situada sobre leones de piedra.
Posteriormente estuvo en la Capilla del Obispo concluida a mediados del siglo XVI por el obispo de Plasencia, desde donde fue trasladado de nuevo a la parroquia de San Andrés.
En 1669, finalizada la capilla de San Isidro aneja a San Andrés, se trasladó el cuerpo de San Isidro y estuvo depositado en ella durante cerca de un siglo (foto de la capilla de san isidro). Finalmente, en 1769, Carlos III ordenó el traslado del cuerpo del santo, junto con el de su esposa, Santa María de la Cabeza, al Retablo Mayor de la Colegiata de la calle Toledo antigua Catedral de Madrid, donde yacen todavía (foto Colegiata).
La Iglesia de San Andrés y la Real Capilla de san Isidro
El epicentro de la devoción a san Isidro lo constituye el conjunto formado por la Iglesia de San Andrés, La Real Capilla de San Isidro, en la parroquia de San Andrés y la Capilla del Obispo, en la Plaza de la Paja.
La Iglesia de San Andrés se halla entre dos magníficas capillas. Una es la del obispo, edificada a mediados del siglo XVI por iniciativa de la familia Vargas para acoger los restos mortales de san Isidro, aunque años más tarde el cuerpo fue trasladado a la vecina iglesia de San Andrés. La otra es la de san Isidro, edificada a expensas del rey Felipe IV, de la Villa de Madrid y con fondos aportados por casi todas las ciudades españolas y las colonias de Ultramar.
Tras un largo proceso de elaboración del proyecto se comenzó a edificar en 1657, dirigiendo las obras hasta su muerte, José de Villarreal, al que sucedió. Juan Lovera, que concluyó la construcción. El retablo mayor y el altar baldaquino Fueron ejecutados por el mismo autor, concluyéndose en 1669. El conjunto, que era de una extraordinaria riqueza, fue destruido en 1936. Recientemente ha sido objeto de una compleja restauración que le ha devuelto, en parte, su antiguo esplendor. Fotos Iglesia de san Andrés y Capilla Real de San Isidro
San Isidro hoy
El Sagrado cuerpo incorrupto del santo patrón de Madrid se expuso públicamente en la Capilla de la Inmaculada de la Real Colegiata de san Isidro (calle Toledo, 37) del 21 al 29 de mayo de 2022, ambos inclusive. La penúltima exposición del había tenido lugar del 4 al 20 de mayo de 1985 por el Primer Centenario de la creación de la diócesis de Madrid-Alcalá.
En el año 2022, la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid presentó un informe forense que confirma la tradición en torno al patrón de Madrid e introduce datos novedosos como la presencia de «características propias de los grupos afrodescendientes».