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En este libro de fantasía vais a descubrir que los cuentos que habéis escuchado de pequeños no son exactamente tal y como os los contaron. Filomena y sus amigos os van a revelar lo que en realidad pasó con Cenicienta y las dos hermanastras. Quizás Cenicienta no sea la dulce huérfana maltratada, quizás sea más bien una especie de arrebatadora de bienes ajenos.

En el primer libro de las Crónicas de Nunca Jamás ya descubrimos quién era la Bella Durmiente, pero esa es otra historia que tendréis que leer también para saber toda la verdad.

La protagonista de este libro que tenemos entre manos, Filomena, es una princesa que vive habitualmente en Pasadena Norte, que es una ciudad de California.

Para ayudarla en sus aventuras por Nunca Jamás, cuenta con Jack, que tiene un ojo vidente, un útil aparato que funciona como un potente telescopio capaz de ver cualquier cosa o persona a grandes distancias. También le llaman Jack el Barruntador y de sus brazos salen enredaderas silvestres. Es el héroe de Nunca Jamás, por lo menos para ella.

Junto a ellos va Gretel, hija de un zapatero y hermana de Hansel el pastelero. Le encanta “lo más de lo más” de la moda y por ello se dedica a crear originales trajes junto a los elfos. Además, usa las tijeras de sastre como defensa ante los ogros enemigos en caso de necesidad. Y, por último, también participa en la aventura Alistair, al que le gustan muchísimo las hamburguesas con queso y que maneja una espada de diente de dragón a las mil maravillas.

Atravesando el Puente a Ninguna Parte en lo alto de las montañas de Los Ángeles, se entra en Nunca Jamás. Un mundo de ogros, cuya ira se identifica con una risa burlona que retumba por el aire. Un mundo de remolinos que son mini portales que transportan a los viajeros mucho más rápido que caminando.

Estar en Nunca Jamás no se parece en nada a vivir en la zona tranquila de Pasadena Norte, donde lo peor que puede ocurrir es que algún vecino decore la fachada de su casa con exceso de entusiasmo. No, en Nunca Jamás te puedes encontrar un Árbol del Lloro, una Casa de Caramelo, una Bestia, una Reina de Corazones…

Muchas de las cosas que aquí se relatan, os van a sonar a cuentos clásicos de toda la vida, pero vistos con otra mirada diferente.

Y con tanta referencia a los cuentos, no podía faltar en esta fantasía una magnífica biblioteca, una desorbitada catedral de libros llena hasta los topes, donde las estanterías cubren todo el espacio hasta el techo, que se encuentra a unos 10 metros de altura. Y hay varias escalerillas con ruedas abajo, apoyadas contra los estantes para facilitar al lector la posibilidad de ojear cualquier libro.