Marina de Tavira: Antígona González, de Sara Uribe

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No hay un sitio al cual dirigirse.

La desorientación emerge tras la pérdida. Antígona González busca a su hermano menor. El trayecto es inclemente y su ímpetu se ve mermado por las amenazas, los prejuicios sociales y la división familiar. Su persistencia se enfrenta a los territorios del crimen. ¿De qué manera se restituye la desaparición de una persona? Ella no olvidará porque el recuerdo permite la permanencia. La memoria nos muestra lo que hemos sido y quienes podremos ser después.

“Este es un horror que clama por ser dicho una y otra vez. Un horror que es una herida abierta y que desde su grito se hermana desde la tumba con el grito de la Antígona de la española María Zambrano, o con la furiosa Antígona de la argentina Griselda Gambaro, y con muchas otras, personaje visitado tantas veces.

Nuestra Antígona es hoy la Antígona de la desaparición forzada, la voz de las que buscan un cuerpo al que enterrar para poder al fin llorar. Al pasar tiempo en España, tierra de mis antepasados y antepasadas, comprendo que carga su propio dolor, por eso Antígona González es aquí y allá y allá y aquí, por eso es de ida y vuelta. Aquí y allá se encuentra Antígona porque, como decía María Zambrano, ‘la seguimos oyendo’.”

Marina de Tavira