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Estreno en Madrid

Hubo un tiempo en que se formó la Vía Láctea. Y otro en que el pasado lanza una flecha hacia el presente. El juego de la memoria consiste en revelarnos incluso lo que no hemos visto; las experiencias sellan la Historia sin dejar huella, y dentro de ella palpita el tránsito personal. ¿Cómo contar la vida propia para hacerla común? Malicho Vaca, durante la pandemia de COVID, confinado en su casa, se dio a la tarea de revisar archivos propios y colectivos, a través de la pantalla de su ordenador, e indagó en el registro familiar y los acontecimientos políticos y sociales de Santiago de Chile. Su mirada se dirigió al cielo estrellado para descender a la topografía de las emociones humanas en la actualidad. Recuperó fotografías, buscó en las marcas de la ciudad los rastros del amor anónimo y las heridas de la opresión. Los acentos de la historia individual se acompasan al ritmo de los hechos políticos y sociales.

El trayecto representado valora el vínculo entre sus abuelos al son de un bolero. En su compañía atravesó el confinamiento. Tras cliquear sobre las señales de un mapa, esta travesía sacude de manera íntima y establece relaciones entre las palabras cargadas de sentido que se desplazan de un contexto a otro. Nuestra individualidad aislada extiende sus emociones hacia los recuerdos de los demás a los que también pertenecemos. La pandemia estableció un espacio intermedio y sus cualidades distópicas dieron lugar a un quiebre de la realidad conocida para concentrar el pasado, el presente y el futuro. La investigación en este ensayo documental apuesta a un nuevo género teatral no identificado, electrónico y vivencial, y da pie a reflexionar qué rastro dejaremos en el interior de las máquinas o la memoria artificial de Google. La Historia por venir ¿se escribirá en ellos?