Granada de mano y Boom
A pesar de la fragilidad de sus materiales el libro es uno de los artefactos más poderosos que ha creado el ser humano. Leer es escuchar, aprender, pensar y reflexionar. Por eso supone una amenaza para el control de las sociedades.
En el transcurso de nuestra historia han sido muchos los líderes políticos y religiosos que han recurrido a la quema de libros como un método de control del conocimiento. Esto implica la destrucción de nuestra cultura, de nuestra historia. Quemar libros significa censurar la libertad de expresión y de pensamiento, implica acabar con todo aquello que construye nuestra identidad social. Decía Heinrich Heine «allí donde se queman libros, se acaba por quemar a los hombres».
De este modo, Elisa Terroba establece una conexión entre los libros y los proyectiles explosivos, por la fuerza y significación que tienen. Aquí, un libro (da igual cuál) se convierte en un objeto arrojadizo y en poesía visual al mismo tiempo para dejar claro eso que ya sabemos, pero frecuentemente olvidamos.