Vitrina 2
Elena Fortún pasó mucho tiempo de su vida dedicada al cuidado de sus hijos. Solía llevarlos a jugar al Parque del Retiro y allí comenzó a rellenar cuadernos con relatos infantiles.
Algunos años más tarde, entablará una estrecha amistad con María de la O Lejárraga que se extenderá más allá de los límites del Lyceum Club que ambas frecuentaron. Entusiastas de la literatura infantil, feministas y ambas escritoras en penumbra, en palabras de Carmen Martín Gaite, llegaron a compartir algunas estancias de vacaciones en la Costa Azul, donde María tenía una casa de verano.
Ella supo ver el enorme potencial de Elena Fortún como escritora de narraciones para niños y luchó hasta convencerla de que se dedicara a ello, publicando aquellos cuadernos que había escrito en El Retiro. Parece ser que también tuvo bastante que ver en la aparición del personaje de Celia.
Será la revista “Blanco y Negro” el primer soporte de las colaboraciones periodísticas de Encarnación Aragoneses y el suplemento “Gente Menuda” donde aparece, por primera vez, el nombre de Celia en 1928.
El éxito fue tan notable que la Editorial Aguilar enseguida se interesó por la publicación de estos relatos en forma de libro.
En esta vitrina podemos ver ejemplares que se corresponden con distintas etapas de la serie “Celia” e ilustrados por diferentes autores. En primer lugar, una edición de 1948 de “Celia lo que dice”, ilustrada por Serny (1). Comienza: “Celia ha cumplido siete años. La edad de la razón. Así lo dicen las personas mayores”. En este primer libro ya aparece un aspecto importante del discurso de Elena Fortún y es la posibilidad de analizar a los adultos desde el punto de vista infantil, como señala Carmen Martín Gaite. Esto se repetirá a lo largo de su obra.
En el prólogo de “Celia en el mundo”, ilustrado por Antonio Hernández Palacios, (2) podemos leer que Celia ya tiene 9 años y se la han llevado a Madrid para ver “mundo” y adquirir experiencias. A pesar de su descontento inicial, vivirá una serie de aventuras muy gratificantes.
Vemos también otros personajes del mundo de Celia, como son su hermano Cuchifritín y su prima Matonkikí.
“Cuchifritín el hermano de Celia” también está ilustrado por Serny. (3) La ingenuidad de los personajes se alcanza con trazos delicados y líneas simplificadas y dinámicas.
En el caso de “Matonkikí y sus hermanas”, (4) las ilustraciones de Ricardo Fuente muestran una tendencia hacia lo caricaturesco, perdiendo de vista ese aire ingenuo de otras ilustraciones, apareciendo un gesto de picardía casi grotesco.