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Rocío Márquez 'Himno Vertical'

Rocío Márquez © Alejandro Cayetano

RÉQUIEM. RITO. ESPIRAL.

El réquiem, tradicionalmente un canto de despedida, una misa que rinde tributo a los muertos, se convierte en HIMNO VERTICAL en una obra que honra no solo el final, sino también el comienzo, el fluir y la transformación. Este réquiem no sigue los dictados de la autoría, ni pertenece a una única voz. Es un eco coral que resuena desde lo colectivo, un ritual de despedida y bienvenida a la vez, una ceremonia circular que invita a cuestionar el ciclo de la vida y la muerte como polos opuestos y a asumirlos como una sola danza. En un mundo obsesionado con la creación, con la marca indeleble del “yo” sobre la obra, este réquiem invita a reflexionar sobre la autoría y a difuminarla hasta desaparecer. Como una voz anónima, la obra misma respira y exhala en el anonimato, entrelazándose con las memorias, los saberes, los pensamientos y los susurros de quienes se acercan a ella. La autoría, entonces, no es la marca que permanece, sino el espacio vacío que se llena de las voces de todos los que pasan.

HIMNO VERTICAL se presenta como una espiral donde no existe un inicio ni un final claro; en su centro está el vacío, ese espacio en el que la creación y la disolución se entrelazan en un equilibrio eterno. La muerte, lejos de ser el destino trágico, es comprendida aquí como el descanso en el ciclo de la vida. No es un corte abrupto, sino una pausa en la respiración de la espiral, un punto de retorno y redescubrimiento. Si la vida es una línea recta que avanza, entonces, la muerte es el giro que transforma esa línea en un bucle, que la hace regresar y la reformula. Así, la muerte se convierte en un paso, en un espacio liminal que permite la renovación constante, un umbral que todos cruzamos una y otra vez.

Un réquiem que no busca consolar ni dar sentido, sino observar la muerte como parte de un proceso continuo, sin dramatismos ni finales. Para dar forma a este proceso, emerge el rito, no sólo de despedida, sino de transición y comunión con lo eterno. En esta ceremonia pagana, el ser humano no reza ni pide: agradece y celebra. En el centro de este réquiem, el rito es el acto mismo de aceptar el ciclo, de reconocerse parte de algo más vasto y en constante cambio. En esta misa de lo cotidiano, de lo efímero y de lo invisible, los objetos comunes se tornan sagrados, las palabras son susurros y los gestos se vuelven ofrendas.

Todo es simultáneamente banal y trascendental; todo está impregnado de lo eterno; en este ritual no hay jerarquías, no hay dictados que determinen quién participa y quién queda fuera; todos los seres, en su singularidad, aportan su esencia y luego se desvanecen, siendo uno con el todo.

La vida cíclica, la espiral que no se cierra, subraya la idea de la eternidad en el cambio. En este proyecto, lo circular acoge cada transición, cada instante, cada vuelta. La vida no es vista como una serie de episodios fragmentados y lineales, sino como una marea que sube y baja, una pulsación en la que cada final lleva consigo el germen de un nuevo principio. La espiral, entonces, es el corazón de este réquiem, el movimiento eterno que no busca culminar, sino simplemente existir, en un constante volver sobre sí mismo, expandiéndose hacia dentro y hacia fuera, abrazando lo eterno y lo efímero al mismo tiempo.

Más información

Fecha

Rocío Márquez 'Himno Vertical' www.madrid.es 10/09/2025

Jueves 26 y sábado 28 de marzo de 2026.

Horario: 20 horas (apertura de puertas 19:30 horas).

Lugar de celebración

Nombre
Centro de Cultura Contemporánea Conde Duque
Dirección
CALLE  CONDE DUQUE,  9   (y 11)  28015  MADRID 
Madrid
España
Barrio / Distrito
UNIVERSIDAD / CENTRO
Precio

20 euros

Punto de venta

Venta de entradas

Organización

Conde Duque

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