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En esta edición, la temática de nuestro veterano certamen giró en torno al lema “Metamorfosis. Historias de transformación”, para rendir homenaje a Franz Kafka en el año que se celebra el centenario de su fallecimiento (3 de junio de 1924). El objetivo principal de esta convocatoria es impulsar la creatividad de los autores y autoras centrándose en este género literario, el microrrelato, que cada vez cobra más auge en el mundo literario.

Queremos dar las gracias a todas las personas que han participado y nuestra más sincera enhorabuena a las personas premiadas.

La entrega de premios se realizará, de manera presencial, en la Biblioteca José Saramago, el jueves 24 de octubre de 2024, haciéndo coincidir el acto con el Día de la Biblioteca.

Estos son los relatos ganadores: 

Primer premio:

Anorexia verbal

Autor: Ander Balzategui Juldain

Yo me codeaba con “Guerra y paz”, os lo aseguro, era un tocho, hasta que me dio por adelgazar. Cada vez que un lector me sacaba de la biblioteca volvía más ligero. Sentía que me sobraban unas descripciones por aquí, unos personajes por allá y los iba quitando. Anorexia verbal, llegó a diagnosticarme alguno. Yo ni caso, seguía viéndome inflado. Pasé a ser novela corta, luego cuento, me transformé en fábula y ahora no sé ni lo que soy ni lo que cuento. Desde luego una radiografía de lo que era, no llego ni a cien palabras.

Segundo premio:

Otro día en la oficina

Autor: Esteban Francisco Marino Gómez

―¿Quién es? ―preguntó una contable asomando de su cubículo.

―Márquez…, de financiero ―contesté desde el pasillo.

―¡Uhm! ¿Y en qué se ha convertido?

No llegué a responder porque en ese instante, en el suelo y entre pavorosas convulsiones, las extremidades del financiero menguaron de golpe, su cabeza monstruosa se cubrió de una piel cetrina y le creció una boca que amenazaba con devorarlo todo a su alrededor.

Por fin, se incorporó y croó sonoramente. «¡Qué suerte! ¡Sapo! ―pensé―. Seguro que medrará.»

Terminada la metamorfosis, el corrillo se disolvió y todos los corderos, cacatúas, serpientes y lobos volvimos a nuestras ocupaciones.

Tercer premio:

De puertas adentro

Autora: María Aranzazu Toro Escudero

Papá tiene la misma cara que siempre, igual altura, idéntica voz y similar tic en el ojo derecho. Los vecinos lo saludan como de costumbre, sin notar nada diferente en él. Pero... Desde aquel viaje que hizo con Mamá, Papá ya no grita, no da portazos, no huele a vino, y Mamá no ha vuelto a llorar tras la puerta cerrada del cuarto de baño.

Ahora Mamá ríe feliz a todas horas. Sólo se apena un momento cada noche, después de cenar, cuando conecta a Papá al cargador quejándose de lo poco que dura la batería.

Accésits concedidos

Borrón y cuento nuevo

Autor: Pedro Peinado Galisteo

Los personajes me comunican que abandonan la historia. Caperucita desea conocer playas paradisíacas, Cazador y Lobo sueñan con rimar versos y Abuelita asegura que los setenta son los nuevos cincuenta y quiere viajar. Antes de que todo se vaya al garete, abro una guía de Cancún, una antología del Romanticismo francés y La vuelta al mundo en ochenta días. Ingresan en sus páginas tan contentos y solo lamento haber dejado el librito infantil vacío, pero tengo trece y es también mi hora de ampliar horizontes. Nervioso y con el perfume de papá, alzo la cubierta de un ejemplar de Mujercitas.

 Del suelo al cielo

Autor: Sergio González Moya

Por los comentarios a mis espaldas tomé consciencia de mi vida como babosa, arrastrándome sin atreverme a mirar hacia arriba. Para protegerme, creé una coraza, y fui un esquivo caracol. Hubo quien con dulzura me levantó del suelo, y entonces perdí el caparazón, me volví más suave y gané patas que buscaban dónde aferrarse, y como rana comencé a atesorar besos, pero ninguno me convirtió en príncipe. Con la frustración desarrollé veneno que esparcir con mis nuevos colmillos de víbora, pero apareciste tú, y esquivaste el mordisco, y otorgándome tu confianza nos elevaste por el cielo convertidos en inseparables tórtolas.

 La jaula

Autor: José Luis Unzueta Sánchez

Cuando mi hermana Eva despertó con alas de ángel entendí sus dolores de espalda. Al principio eran pequeñas, pero fueron creciendo hasta dotarla de una completa autonomía de vuelo.

Mamá se alegró porque combinaba bien con la decoración navideña. Sin embargo, nuestro padre intuyó una oportunidad comercial. Cambió su trabajo de albañil por el de gestor de espectáculos. Durante la función, Eva planeaba por el pasillo para luego aterrizar en la sala. Fue un éxito, puesto que el público adquiría bonos para varias sesiones.

La conciencia me hizo abrir el candado de la ventana el día que le salió pico.

Transformación

Autor: Francisco Javier Herreros Acero

Ayer me acosté Australopithecus africanus. Me he despertado Homo antecessor. He desayunado fruta y empecé a caminar erguido. Pasé de Homo erectus a Homo sapiens antes del mediodía. Descubrí el fuego, recolecté la primera cosecha y, después de comer, diseñé las pirámides de Egipto. Una ligera siesta y he construido una catedral gótica, compuesto una sinfonía y asistido al vuelo del primer aeroplano. Antes de cenar, he situado a Neil Armstrong en la Luna. Ducha, cena ligera y me voy a dormir pronto, tengo que descansar. Mañana me reúno con el director general, me quieren sustituir por una inteligencia artificial.